Infancias en prisión: tres años para amar y soltar entre un desarrollo limitado y la infraestructura insuficiente

Las mujeres que se convierten en madres mientras están privadas de la libertad pueden criar a sus hijas e hijos en prisión hasta los tres años. Vivir la primera infancia en un reclusorio puede tener impactos en el desarrollo y en las condiciones de bienestar indispensables para las infancias.

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