¿Democracia anecoica? – Juan Luis González Alcántara
Los consensos, disidencias y coincidencias, considero, son el crisol que mantiene a una democracia, a una que se jacte de ser plural e incluyente. El pueblo somos todos, si por pueblo asumimos a todos y cada uno de los ciudadanos, sin distinción, sin ideología, sin divisiones. Con esa convicción acudí por segunda vez a uno de los foros organizados por el Congreso a propósito de la reforma constitucional al Poder Judicial.
[…] Curioso me ha resultado esto, curioso y fundamental destacar, porque varios ponentes, partidarios de la reforma, no solo afirmaron que ésta no busca acabar con la corrupción, sino que retaron a demostrar en qué parte de la iniciativa se establecía tal finalidad. Si acabar con los casos de corrupción no es el objetivo inmediato de esta reforma, ¿entonces cuál es el propósito concreto? Para mí, lo que resulta apremiante, no es legitimar con el voto popular a candidatos extraídos de listas políticas para que funjan como juzgadores. Si se va a emprender una reforma tan costosa, en todos los niveles, considero que el propósito debería ser otro: terminar con la impunidad y con la corrupción en el sistema de seguridad pública y acercar una justicia pronta e imparcial a la ciudadanía.