Enseñanzas de mi padre – Ricardo Joya

Su historia de infancia no fue sencilla, porque en la casa de mis abuelos -con una hija y cuatro hijos- el sostenimiento no era sencillo, pero era una familia de mucho trabajo. Mi abuelo era comerciante y mi abuela se dedicaba al hogar. Mi tía y tíos trabajaron desde jóvenes.

Mi padre desde pequeño apoyaba a mi abuelita Mari con los gastos del hogar. Vendiendo papalotes (que él mismo elaboraba), periódicos, boleando zapatos y trabajando en tiendas, siempre buscaba cómo llevar “unos centavos” a la casa y le daba su dinero completo a mi abuela. Veía que las cosas no eran fáciles.

Mi papá fue el único que -a partir de su esfuerzo y de ser “machetero”, como él dicese empeñó en concluir una carrera profesional en el Instituto Politécnico Nacional, y a diferencia de mi padrino Marcial, mis tíos Angel y Arturo, y mi tía Raquel, que se dedicaron a actividades comerciales, él optó por el estudio. Sus hermanos mayores le apoyaron y terminó Ingeniería a finales de los años sesenta.

El Sol de Toluca