Protección absoluta de los derechos indígenas. Una pendiente con la historia – Fernando Díaz
Consolidar el Estado Constitucional Democrático y de Derecho, exige visibilizar a los grupos históricamente vulnerables y garantizar su acceso pleno a la justicia. Como los pueblos originarios, a quienes debe asegurarse el disfrute de sus derechos, respetando su cosmovisión y pluralidad de pensamiento.
Reconocer los derechos de los pueblos originarios resulta fundamental, para construir una sociedad inclusiva y respetuosa de la diversidad cultural y contribuye a promover la igualdad, la no discriminación, elimina barreras para el acceso y disminuye las brechas de vulnerabilidad.
Esta idea que hoy aparece clara en la agenda pública y en la opinión generalizada, no era así hasta hace pocos años. Después de la explotación y esclavitud de que fueron objeto los grupos originarios, desde la colonia y hasta el siglo XIX en haciendas productoras en prácticamente todo el territorio nacional; en el siglo XX, la idea de su protección se ligó al problema agrario; es decir, exclusivamente a reconocerles derecho sobre las tierras de labranza, lo que, en realidad no generó su visibilidad como personas, como sujetos de Derecho público.


