Dignidad, no desdén, de la ministra Piña-Carlos Marín
La calumnia contra la presidenta del Poder Judicial federal, Norma Lucía Piña Hernández, en el sentido de que no respetó “el protocolo” al aplaudirle al presidente López Obrador, no tiene asidero ético ni lógico.
Cualquiera fuese la causa por la que no se levantara de su asiento y aunque el presidente López Obrador aventure que tal vez “estaba cansada” o, más probable, que “no quiso pararse” (ponerse de pie sería lo correcto), la señora acababa de ser agraviada por el mandatario, primero con un desdeñoso saludo a ella y a Santiago Creel, y después por haberla cambiado de lugar enviándola al extremo del presídium junto con el presidente de la Mesa Directiva diputadil.
