Ni ministra ni jurista – Juan Jesús Garza Onofre y Javier Martín Reyes

Resulta ingenuo creer que el Derecho tiene todas las respuestas y que no hay más responsabilidades que las estrictamente contempladas en las normas escritas. El ejercicio de la función pública demanda un ineludible compromiso ético y moral. En tal sentido, ¿cómo puede ser ministra de la Suprema Corte una persona que obtuvo su título profesional de manera fraudulenta? ¿De qué manera sigue asumiéndose como jueza constitucional alguien que ha violado los más elementales valores y principios?

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